24 junio 2010

Comentario peliculero 23: Willard


Título: Willard (Willard)
Dirección:
Glen Morgan
Año:
2003
Duración: 100 min.
Género:
Terror
Intérpretes: Crispin Glover (Willard), R. Lee Ermey (Frank Martin), Laura Elena Harring (Cathryn), Jackie Burroughs (Sra. Stiles)
Guión:
Glen Morgan; basado en el libro 'Ratman's Notebook' de Stephen Gilbert

Sinopsis: A sus treinta años, la vida se ha convertido en una auténtica trampa para Willard Stiles. Perseguido por el fantasma de su padre y atado psicológicamente a su madre, con quien convive en la imponente mansión de la familia, Willard sólo tiene un contacto superficial con la vida porque es incapaz de establecer una conexión con las personas que le rodean. Sólo conserva, gracias a su padre, su trabajo de ad-ministrativo en la empresa Martin-Stiles Manufacturing, condición que puso aquel antes de asociarse con Frank Martin y que diariamente le recuerda a Willard aquella imposición. Pero un día Willard descubre un vínculo muy extraño: el que tiene con las ratas que viven en el sótano de su casa. De repente Willard se da cuenta de que tiene amigos, centenares de ellos.

Después de esto, nunca volverás a ver a Stuard Little con los mismos ojos


Puntuación personal:
6

Opinión: Hace ya tiempo que sentía curiosidad por esta película, a partes iguales por su actor protagonista, Crispin Glover (el que me ha llamado siempre la atención por su peculiar físico y expresividad) y por las pocas nociones que tenía sobre su trama. Tan sólo sabía que trataba sobre un hombre capaz de controlar a las ratas. Y ya por fin, rescatando esta curiosidad del pozo de películas pendientes, me dispuse a verla sin saber que me iba a encontrar.

Cómo primera impresión, Willard me encantó. Tras una apertura de créditos que recordaba mucho a la estética de Tim Burton, conocemos a Willard Stiles, un personaje tan peculiar que en seguida me cayó simpático, tanto por su comportamiento tímido y torpe como por su aspecto físico acorde con su personalidad (repeinado, traje oscuro permanente, mirada nerviosa, perfil siniestro...). Y los primeros minutos de la historia, en la que nos introducen en su triste vida y en el nacimiento de su relación con sus nuevos amigos roedores, me prometía una trama de venganza de las que siempre me gustan. Pero me temo que esta buena impresión no duró pasada apenas media película: se alarga innecesariamente puesto que es muy predecible su desarrollo. Con esto no quiero decir que sea una mala historia, todo lo contrario: reune todos los elementos que podrían haber convertido dicha película en una competidora de Sweney Todd. Pero desgraciadamente, algo que sólo daba para un buen relato corto de terror se alargó hasta casi dos horas de metraje. Si ciertas escenas que hacen que pierda fuerza se hubiesen eliminado, rebajándola veinte minutos, su nota hubiese subido al menos dos puntos.

Es por ello que Willard no pasa de ser una película VAO (Ver-Archivar-Olvidar). Pero no ocurre lo mismo con el propio Willard, un personaje que va directo a engrosar la lista de grandes personajes, y un rinconcito en nuestra memoria.