13 febrero 2012

La escala de los vaqueros, las bragas y la cama

Hombres del mundo, estoy seguro de que muchas veces, amparados por ese aura de confianza y compadreo en reunión con otros semejantes masculinos, habéis mantenido largas conversaciones sobre las féminas de alrededor, conocidas o no, clasificándolas en diferentes escalas según su grado de follabilidad y los respectivos gustos de cada uno. Pero ¿cómo expresar de manera rápida y fácil de entender por el resto de tus amigos tus gustos a la hora de clasificar el atractivo de una mujer? Muy fácil en los extremos ("¿A esa? Del tirón..." o "Es que no la toco ni con un palo"). Pero entre ellos existe un amplio hueco lleno de variaciones, sis, peros y dependes.

Por ello os traigo la clasificación Rodríguez-Benítez-Torres-Cantimpalo-Awesome, o más comúnmente conocida como "En bragas y en la cama". Con ella podréis zanjar rápidamente largas valoraciones sobre féminas.

Esta escala comprende sólo dos posibilidades:


  • EN BRAGAS Y EN LA CAMA: Es una forma rápida de decir "pues sí que me la follaba si me encontrase en bragas y en la cama". Es decir, se trata de una chica que no despierta un gran interés en ti, pero no la descartas como una posible (y momentánea) compañera sexual, siempre y cuando no implique un gran esfuerzo por tu parte. Sólo accederías si se se te presentase una buena oportunidad (de ahí, "en bragas y en la cama").
  • EN VAQUEROS Y EN LA PUERTA: Forma rápida de decir "con esa, lo intentaba aunque estuviera en vaqueros y en la puerta". Es decir, se trata de una chica que merece la pena, y estarías dispuesto a hacer un esfuerzo para ligártela. Los motivos pueden ser variados, desde que sea especialmente atractiva y merezca la pena currárselo para disfrutar de un pol**zo con ella, o porque te gusta más allá de unas pocas noches de diversión.
De esta forma, podríamos añadir estos dos nuevos puntos a la enorme línea que separa los extremos de atractivo de una mujer, quedando así:



Hacer referencia a esta clasificación os ahorrará muchos preciados minutos de vuestro tiempo para hablar de más mujeres (y en consecuencia, del doble de tetas) y facilitará a vuestros amigos la comprensión de los, en ocasiones, complejos pensamientos de un hombre sobre esa chica que todos estáis pensando.