19 julio 2008

Atrocidad

Caminaba yo por la calle hace unos días cuando una escena horrible se presentó ante mis ojos. Ahí, tirada cuál despojo, sin nadie que la socorriese, a merced de las inclemencias del tiempo, pidiendo un poco de atención, y qué menos que un poco de respeto, se hallaba un carta de colección terriblemente mutilada.


La víctima


¡Oh, que impresión! Tras el shock de presenciar semejante carnicería no tuve valor de dejarla ahí, abandonada a su suerte, para que cualquier perro le mease encima (bueno, en realidad sí que la iba a dejar, pero me recomendaron que podía ser materia de blog, y aquí está). ¡Qué horror! ¡Qué tragedia! ¿Quién? ¿Quién en su sano juicio podría tratar una carta así? ¿Qué ser desalmado ha podido realizar semejante salvajada? No quería más que entretenerte, ofrecer la posibilidad de divertirte en una ficticia batalla contra un amigo. Oh, mundo cruel, cada vez me sorprendes más con tu brutalidad. Desgraciadamente, fue imposible salvarla. Los daños eran irreversibles. No pudimos hacer nada, fue todo muy rápido. Pero serás recordada, oh, pobre carta de colección de un juego al que ni juego ni he jugado nunca. Como el resto de tus compañeras que han caído en combate, por accidente, excesivo uso o experimentación con un mechero, pasarás a la memoria de aquellos que valoraban tu trabajo. Descansa en paz ahora, en el fondo de mi papelera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué emotivo!

Anónimo dijo...

¿Te he contado la vez en que uno enrolló un Fragmentado Apaleador (5R; Criatura-Fragmentado; Todos los Fragmentados arrollan; 4/4) con ademán de usarlo para fumar...?

Anónimo dijo...

Lo siento mucho. Piensa que ahora estara en el cielo de las cartas y estara ganando todas las partidas. RIP.

carlos dijo...

jajajja que fantastica carte de wow te has encontrado ufff que contento tas jeje